Hoy era un día especial. Uno de esos días para conpartir experiencia deportiva con los compañeros de club y hacer piña con ellos. Para conocer a los recien incorporados, saludar y estrechar lazos con todos. Un día emotivo, por ser un homenaje a los que no debieran estar ausentes.

No todo empezó a las 16h del sábado, sino que venía gestandose días antes. Estaba inquieto, como si fuese a salir a nadar. Posibilidad nada descartable en cuanto fallase alguien. Pero mi encargo era ser la representación del club para coordinarnos con la organización y el propio equipo. Aún así,  habíamos entrenado como un mini equipo, Alberto, Unai y yo.

Me presenté en Moral el primero, como correspondía, para ponerme a disposición de organización y club. Me fueron entregando las bolsas de nadador perfectamente preparadas con las tallas exactas que habiamos pedido, junto con la carpeta de documentos de la carrera.  Fuimos recibiendo y abrazando, efusivamente, a todos y cada uno de los miembros del equipo. Ganas de vernos tras entrenar por nuestra cuenta.

El polideportivo se llenó de nadadores de los seis equipos, a razón de diez por equipo. En muchos casos conocidos de otros equipos y conocidos de otras circunstancias existenciales.  Unos cariñosos y emocionantes saludos a Alba y Paloma, hermana y madre de Jorge.

Aquello fué tomando forma y había tensión por empezar a nadar. Las últimas incorporaciones fueron soltando brazos en la piscina.  Reunión de delegados. La organización nos recuerda el desarrollo y normas de la prueba y nos explica que se hará una mini serie de 25m, para elegir calle.Nuestra baza pasa por Unai. Salida y sorpresa para casi todos. La piscina queda alucinada y yo levanto el brazo, primeros y elegimos calle, la cuatro.13 segundos en hacer 25 metros. Alberto y yo habíamos hecho series, con Unai, el viernes de 100, 50 y 25 metros. Sabíamos que ese era el tiempo de nuestro nadador open. Pues le habíamos confiado esa responsabilidad, además de abrir series.

Con todo dispuesto, comienza la competición. Nervios fuera y a nadar. En la primera serie 1.00 minuto, aventajando en unos metros a los killers del, a la postre, equipo ganador.  Surgiendo rumores de asombro y admiración por ese relevo. El siguiente en salir, Nano, con gran mérito,  lesionado de una costilla,  nadando en un crono muy bueno 1.21. Relevo a otro de nuestros «nadadores», el genuino Gorka2, Jauregui para mi. Se marca un 1.15.  Le toca salir a Angel,  que se apuntó con gran voluntad ya que no nadaba y se marca un crono de 1.44, magnífico,  muy esforzado. El siguiente relevo Alex Ugena, quién se apuntó convencido de nadar 100m, que mantuvo el tipo y el envite,  al conocer que eran 10 veces, cada uno. Se marca un 1.22, dando relevo a Rafa Molina, que al final se lanzó sin manguitos. Remó hasta morir y marcó un 1.25.  Saltó Alberto al agua, desde el pedestal, no todos lo hacen, otra no tan sorpresa, se marca un 1.14. La regularidad es su baza, pero ese ritmo es un pelín duro en todas las series. Salta al agua nuestro «Gran Capitán «, el siempre sonriente y archiconocido Manu, auténtico RRPP interclubs. Se marca un 1.39, dando relevo a otro de los iconos del club, Álamo, nuestro Javi se emplea y luce su look corporativo, siempre elegante, marcando un 1.33. Siguiente relevo para nuestro Sanchez, el otro y primer Gorka, en orden cronológico, que sorprende llegara de los primeros y decentemente un sábado, se desfonda con un 1.10. Este chico es todo explosividad.

Las series se fueron sucediendo y los brazos, cada vez pesan más.  A partir de la séptima serie, va siendo muy duro nadar con fluidez. Los cronos suben algo pero los chicos mantienen el tipo. Llegamos al último 100, tras 2 horas y 12 minutos nadando. El cansancio se deja notar, pero el ánimo de saber que estamos terminando, les lleva a un titánico esfuerzo final, por mantener un digno tercer puesto. Algo anecdótico, pero especial para un club de secano.

Ha sido una gran día, Josemi me ha solventado algún pequeño desfase en los cronos, al mantener en paralelo otro cronómetro. Como traca final, todos los participantes ataviados con la camiseta conmemorativa, nos fundimos en un gran abrazo, en la piscina de los meones. Lo que inmortalizaron, con una chapuzada final de la que nadie se libró. Destacar que afortunadamente libré del chapuzón de manual de mi club. Porque carecía de ropa de cambio. Ha sido un gran placer en todos los aspectos. Qué gran tarde junto a tamtos deportistas ejemplares.